El entorno nos brinda múltiples posibilidades de juego y una mirada indagadora como la de nuestros pequeños está atenta a todos los cambios que se producen a su alrededor. De esta forma; el camino que siempre me lleva a la Escuela, hoy, se ha cubierto de hojas, el árbol ya no da sombra o aparecen frutos en el suelo con los que jugar a clasificar, apilar o imprimir huellas en la arena.
Nuestras aulas se han abierto al otoño para disfrutar a través de la experimentación con los diferentes elementos que nos brinda esta estación del año. Con esta instalación incorporamos a las familias de nuestra Escuela en el día a día, mostramos el quehacer diario del proyecto y convertimos el espacio cotidiano en un lugar de encuentro, reflexión y aprendizaje de toda la comunidad educativa.