Se entiende por motricidad fina como aquella que permite la coordinación de huesos, músculos, tendones y nervios para permitir a los niños/as realizar pequeños movimientos más precisos. En dichos movimientos intervienen áreas vitales como el cerebro, de ahí, la importancia de una correcta estimulación de la motricidad fina.
En esta experiencia que vamos a exponer a continuación, trabajaremos la motricidad fina de manos y dedos a través de la manipulación de la pintura.
De este modo, a través de las pisadas, la estampación de las manos en la pintura y la manipulación de la misma, permitiremos que poco a poco los niños/as sean conscientes del movimiento de los dedos tanto de las manos como de los pies.
Para llevarla a cabo los materiales que necesitaremos son muy sencillos:
- Cartulinas.
- Pintura de dedos.
Pondremos la pintura repartida por las cartulinas de manera que queden huecos para poder manipularla y que los niños puedan desarrollar su creatividad; podrán extender, tocar, coger, mezclar la pintura y también sentir la temperatura y textura de la misma.
Como variante podemos poner también un plástico encima de la cartulina, una vez echada la pintura.