¡Pintamos con ramas de los árboles que se han caído!

Decidimos salir a nuestro entorno y plasmar sobre film transparente toda nuestra creatividad y espontaneidad.

La pintura de dedos es un material que despierta su imaginación y expresión artística, además de estimular la coordinación motora y la psicomotricidad fina de sus manos y dedos.

Hoy hemos salido a nuestro huerto y ¡mirad a quien nos hemos encontrado!… Unas mariquitas tomando el sol, ¡y como no, no hemos perdido la oportunidad de conocerlas!

Como os hemos comentado en otras publicaciones, el huerto en la escuela es un espacio y recurso que, facilita a los niños y las niñas conocer y participar del entorno real.

En esta experiencia podemos observar cómo se establecen relaciones con los elementos que forman el medio físico, además de identificarlos; comparar, ordenar y manipular, originando habilidades lógico-matemáticas.

De esta forma, se acercan al conocimiento del mundo que les rodea, relacionándose con los demás, conociendo y valorando componentes del medio natural, disfrutando y desarrollando actitudes de respeto y responsabilidad con su cuidado y conservación.

En este tiempo, en el que las salidas de la escuela con los niños se convierten en un recuerdo de cursos atrás y a la vez, en un deseado sueño de volver a vivir, tratamos de acercar la naturaleza a nuestros alumnos de la manera más atractiva posible.

Para ello, proyectamos sobre la pared imágenes relacionadas con el otoño, en las que podían observar como caían las hojas de los árboles por el efecto del viento, animales corriendo por un bosque repleto de hojas caídas, cascadas de agua,… Imágenes llenas de color y vida y que acompañamos de música relajante.

De esta manera, pudimos vivir en el aula los cambios que se producen en el entorno cuando llega el otoño, de tal forma que los niños disfrutaban queriendo coger las hojas que veían caer, imitando la forma de andar y los sonidos de los animales que aparecían en la proyección, acompañado de música inspirada en esta estación.